THÉMATA – Revista de Filosofía, no. 45, 2012.
Resumen: Se propone un recorrido por la noción de Nostalgia presente en el pensamiento poético de Emil Cioran y Mihai Eminescu a través de la exploración de la dimensión ontológica de la Fatalidad y la Otredad que ésta alberga.
Abstract: This paper tries to show a retrospective of the notion of Longing present in the poetic thought of Emil Cioran and Mihai Eminescu through the exploration of the ontological dimension of Fateful and Otherness that it contains.
La melancolía es una manera, por tanto, de tener; es la manera de tener no teniendo, de poseer las cosas por el palpitar del tiempo, por su envoltura temporal. Algo así como una posesión de su esencia, puesto que tenemos de ellas lo que nos falta, o sea lo que ellas son estrictamente.
María Zambrano
En el seno del pensar poético, trágico, las fronteras de la filosofía, de la sabiduría se amplían hasta no poder dejar de comprenderse como un pensar mítico, alegórico, simbólico por ser esencialmente sentido y vivido, biográfico, personal, vivencial, propio de una mismidad que se enfrenta al mundo desnudo.
En él, en el pensar poético, en el pensar que vuelve a la vida, que celebra la tragedia de la vida, lo universal y lo subjetivo se funden en el instinto poético, en el momento de la poesía, del acto artístico. La filosofía convertida, re-convertida en Literatura, en mentira lúcida, en poema vivido y viviente se comprende como narración de una conciencia enferma, como libro de viajes sobre diferentes paisajes de la propia alma.
Transitar así una senda de sensaciones y paisajes, conquistar la vida y la existencia se hace el destino del pensador-poeta, del hombre lúcido que vive la vida literariamente y muestra la sabiduría acumulada en los diversos caminos recorridos.
En el continente del pensamiento trágico hay dos grandes países unidos por un istmo que hace de puente natural entre sus almas. Afirmadores y Negadores de lo trágico moran en sus territorios.
Hay un modo de pensamiento trágico que aceptando la lucha trágica entre Eros y Logos, entre Razón y Vida, entre el Amor y la Muerte muestra, construye una filosofía del fragmento, de la pluralidad. Un pensamiento encarnado, enraizado en la angustia, en la congoja, en la agonía, en la tristeza, en el dolor, en el instinto suicida, en la voluntad de Nada, en la desdicha, en el desasosiego, en la desadaptación, y en la locura, un pensar donde las ideas inundadas de vida estallan y aúllan. En definitiva un pensamiento sumergido en el fango cálido del ser humano, del animal humano.
Se trata de un pensar, de una filosofía comprendida como expresión de un temperamento, de una mismidad, una biografía con ideas, una tristeza, un sufrimiento que medita, que re-flexiona (se ve a sí misma –muy a su pesar- en el espejo de la conciencia) y se convierte en sabiduría. Un pensar zurcido con dudas, un escepticismo entreverado con pesimismo real, decepción y voluntad de aniquilación, una voluntad extática, mística, profundamente religiosa.
Un pensar que se aleja del pensar abstracto que se asienta sobre una voluntad de infancia, que huye de la lucidez para refugiarse en la sombra, un pensar que se atreve a mezclar los pensamientos con los pesares haciendo del dolor una forma del conocimiento, del sentir trágico de la existencia. La filosofía se concibe así ebria, apasionada e irremediablemente biográfica, es decir irrenunciablemente poética. El poeta se nos aparece así como aquél que nos hace habitar poéticamente una lengua y nos invita a ser un entre que camina entre la ficción del ser y del no ser.
En este pensar hay tres regiones que se cruzan, se solapan y se celebran como instauradoras. Se trata de la Nostalgia, la Fatalidad y la Otredad. Proponemos aquí un paseo a través de todas ellas, del pensar trágico, de la Sabiduría poética de la mano de la Nostalgia y de la Nostalgia presente en el alma de dos rumanos muy particulares y por ello mismo profundamente universales: Mihai Eminescu y Emil Cioran.
Hablar de Nostalgia en dos rumanos, no parece casual ni fortuito.Parece poder hablarse del pueblo rumano como un pueblo triste, escéptico, pesimista, fatalista… pero sobre todo melancólico. Esto se muestra en su lengua, cristalizadora de la forma de sentir de un pueblo. En la lengua rumana pervive un término que aún significando nostalgia, nostalgia cotidiana y metafísica, va más allá hasta hacerse casi intraducible como la Saudade portuguesa. El dor podría comprenderse como clave de la identidad rumana y como otro recoveco en el gran mapa universal/particular de la nostalgia donde la Sehnsucht, la enyorança, la saudade, la morriña, la melancolina… son puertos clave… [PDF]