ANALE SERIA DREPT, Volumul XXX, 2021
Abstract: This paper has suggested introducing in the reflections of two authors that imply their dislike for the most fetishized ideals of Western civilization. Emil Cioran and Albert Cossery share a radical way of deconfiguring the pamemas that have supported our culture. However, despite his notable spiritual affinities (such as his passion for the east civilization, their mastery of ridicule and irony; disdain for the university, clairvoyance, their repulsion for work and disgust by the progress; their affection for prostitutes, their conciseness and scriptural beauty: Cossery was recognized by Miller as an equal of Dostoevsky and Gorky, while Cioran was considered as one of the greatest French writers since the death of Paul Valéry; and a long etcetera), their judgments place them at the antipodes. While for Cossery “[…] life is formidable” for Cioran “being born is an inconvenience”.
Keywords: Cioran, Cossery, irony, judgement, Western civilization.
“No veo, a priori, ningún escritor contemporáneo que pueda ser comparado con Cioran. De hecho, me parece que el mejor paralelismo que se pudiera trazar sería con algunos novelistas como Albert Cossery y Jean Genet.”
Patrice Bollon, en Ciprian Vălcan, “Cioran, un aventurero inmóvil. Treinta entrevistas”
Cuando en una charla, llevada a cabo en el año 2018, el Dr. Ciprian Vălcan me preguntó acerca de cuáles escritores del siglo XX pueden ser comparados con Cioran, en lo concerniente a los temas de reflexión y de estilo, no dudé en responder que lo considero próximo a Albert Cossery, sobre todo por la manera en que llevaron al hastío y al aburrimiento hasta sus últimas consecuencias: hicieron de esos tópicos los bastiones de su reflexión. Tuvieron la clarividencia para diagnosticar el naufragio al que nos arroja nuestra grotesca hambre de gloria. A juicio suyo, el mejor resguardo posible se encuentra en la apoteosis de la pereza y en la paradisiaca disolución del anonimato: sólo desolidarizándonos de nuestra agitada especie, ávida siempre de lo peor, es posible alcanzar alguna suerte de amparo. Cabe agregar que Cioran y Cossery, además de ser coetáneos y casi de la misma edad, renunciaron a sus patrias y a sus idiomas para coexistir en la lengua y en la capital francesa. A la par, eligieron el cielo parisino, los vericuetos del Barrio Latino y los puentes del Sena como cómplices y sigilosos testigos de sus letras y desconsuelos. Confieso que, en un primer momento, pensé que mi respuesta a Ciprian Vălcan había sido aventurada. No obstante, más tarde me alentó saber que también el escritor francés Patrice Bollon (autor de la mejor biografía crítica sobre Cioran: Cioran, l΄Hérétique, Gallimard, 1997) comparó a Cioran con Cossery… [PDF]